Aquellos  «transformadores  –  reductores»,  son  algo  maravilloso  sin  los  cuales las corrientes más finas y sutiles de las altas esferas del espacio jamás penetrarían   en   los   focos   de   los   exploradores   en   el   Camino.   Aquellas   corrientes más finas y sutiles dentro de vuestros cuerpos inferiores sirven de incentivo, lanzándolos  a nuevos empeños. Me Estoy dando a ustedes  esta noche como Me di a Jesús , como Me di a Patricio en Irlanda, como Me di a vuestro propio Saint Germain antes de Su  Ascensión;  pero  Os  haré  responsables  de  Ese  Regalo  y  Os  pediré  darlo  a  todo   aquel   que   encuentres.   Se   multiplicará   y   crecerá,   y   se   solidificará   fuertemente  y  los  ojos  brillarán,  y  los  labios  sonreirán  y  los  hombros  se  enderezarán,   los   corazones   latirán   más   rápidamente   según   se    conviertan  en el dador de Regalos de Amor. No  se  trata  de  una  emoción  sentimental  apresurada  que  los   deja  agotados  y  meramente  intensifica  las  manifestaciones  imperfectas,  no  se  trata del magnetismo físico del hombre externo, sino de ese Amor que desea bien  a  la  vida.  ¡Estos  son  los  hombres  y  mujeres  que  Llamo  a  servir  Conmigo!.   ¡Si   tan   sólo   recordaran    esto,   podrían    transformar   vuestras   ciudades, vuestras naciones y el mundo!.
Jesús hizo maravillas; San Francisco ; a través de la meditación en dicho Amor estuvo capacitado para contactar cada tipo y cada estilo de vida y hacerle responder en felicidad. ¡Mi corazón está lleno con gratitud porque Estoy aquí a causa vuestra!. Su propio latir del corazón es el tirón magnético que atrae al Maestro cuando Lo necesitan. El individuo que verbaliza las palabras, es sólo una parte pequeña del servicio, pero el tirón magnético del latido del corazón de la gente es, y ha sido, a través de los siglos, LO QUE DEBEMOS TENER. Gracias por Amar, y recordar: Vengo a dar ministerio. Es Mi Regocijo y Mi Felicidad y Mi razón de Ser ayudarlos a conocer al resplandeciente UNO, que es Su Propia Divinidad!.
Amado Maitreya