Amado Chela, no pude sino sonreír ante el gentil discurso del Mahá Chohán, en el que Él ofrecía gratitud y acción de gracias por la invitación a acceder al umbral de la conciencia del hombre, y a aceptar la cuestionable “hospitalidad” de la asociación con el ser externo. Desde Nuestra presentación en “sociedad”, Hemos sido objeto de estas “invitaciones”, que serían risibles si no fuera porque tanto depende de ellas:Los primeros tímidos acercamientos a Nosotros por parte de los más “osados” pioneros espirituales, venían a ser algo así…“¡oigan! ¿Están ahí? Bien, si lo están, por favor, pasen…pero mi mundo está en perfecto orden de funcionamiento. Por favor, no cambien nada…¡Sería “genial” si se quedaran un rato, y me dijeran todo acerca de mí mismo!” Ahora bien, a decir verdad, Nosotros no podemos ni siquiera pensar en una persona sin cambiar el ritmo de sus mundos, mucho menos si traspasamos el umbral para una asociación real con ellos; ¡así que nos han cerrado la puerta aún antes de que podamos siquiera aceptar la invitación (?), si es que la podemos llamar así!En las raras ocasiones en las que se Nos permitió contestar y entrar en el mundo del chela, por supuesto que empezaron a pasar cosas. La batería viviente de Nuestras energías, sin importar cómo se las reduzca, energiza todo lo que toca. Por tanto, cuando Nosotros entramos en la conciencia, la reorganización del mundo del estudiante comienza. Es tan incómodo como cualquier mudanza, renovación y mejora lo son siempre para el ego, que disfruta del estancamiento. Entonces –¡la REACCIÓN! Desilusión en los Invitados y, normalmente “evacuación forzosa”, ¡y así se cierra la “dulce asociación” entre el ser humano y sus Maestros !Ah, el “morador en el umbral” es bien conocido a los Hijos del Cielo. Cuando recibimos una llamada seria desde los corazones de los seres humanos, Nosotros tenemos muy en cuenta al “morador” individual a través del cual debemos pasar para tener acceso al mundo del chela. Y eso es todo en cuanto a Mis reacciones humorísticas a los amables pensamientos del Mahá Chohán… ¡y ahora a trabajar! Siempre encontrarán al “Morador en Mi Umbral” dándoles la bienvenida -¡corazones y almas y cuerpos! Tuyo,
El Morya