Ustedes han venido a traer, de nuevo a la Tierra, la Pureza y Perfección Prístina que ella conoció

MADRE MARÍA Vengo a invitarles, durante este período entero de treinta días al Templo de la Resurrección que es Mi honor, guardar, proteger, sostener y expandir.
Como saben, la Llama de la Resurrección misma es opalescente en color. El Templo de la Resurrección está construido con corredores circulares, para que la conciencia de los individuos progresando pueda ser cada una recibida dentro del corredor en donde su propia acción vibratoria sea más receptiva al poder de radiación y presión de la Llama de la Resurrección. En el Santo de los Santos, que está en el propio centro del Templo, en donde mora la Llama real, los Maestros Ascendidos, Seres Cósmicos, Huestes Angélicas y todos los Seres Divinos pueden seguramente mirar y sentir la pulsación magnificente de esta Llama.
Recuerden cuando usen la frase: ““YO SOY” la Resurrección y la Vida”, seguirla con
una afirmación constructiva y positiva porque es un extraordinario poder. Todos los seres
no ascendidos han resucitado muchas experiencias desagradables del pasado – memorias de contactos discordantes con otros seres humanos – y así sucesivamente. Por lo tanto, es sabio completar su afirmación tal como: “¡“YO SOY” la Resurrección y la Vida de toda la Gloria y el Bien que conocí con los Padres aún antes de que este mundo existiera!” Eso pone en movimiento la resurrección de esos Poderes Divinos y la remembranza que yace dentro de sus cuerpos etéricos del Bien, dando vida a ellos en vez de dar vida, cuerpo, sustancia y poder a disgustos de cualquier tipo. Si por favor recuerdan esto, podrán resucitar esos poderes para el Bien. Pueden convertirse en un testigo viviente de los milagros de la Maestros Ascendidos
que han tomado lugar a través de las eras en que ustedes, también llevaron puestos cuerpos carnales, y a través de algún Avatar o gran Maestro, realmente vieron la transmutación de aflicción en Perfección.
Yo soy tal testigo del poder de la Resurrección y la Vida de Perfección a través del
cuerpo carnal tal como ustedes lo llevan hoy. Como saben, estuve con Mi Hijo en la Colina
del Gólgota. Supe, a medida que la lanza penetraba Su costado y Su vehículo físico, ante
todas las apariencias externas, incapacitado para uso adicional por el Santo Ser Crístico,
que fue la escogencia del Amado Jesús usar una de las dos Llamas – la Llama de la Ascensión que habría de liberarle, o la Llama de la Resurrección que resucitaría ese cuerpo roto.
Durante el tiempo después de que el Amado Juan caminó conmigo desde esa ladera
de la colina de pena cuando pasé algún tiempo en oración meditativa sola, oraba para que
en la renunciación a la Llama de la Ascensión por justamente un ratito, el Amado Jesús
aceptara el uso y poder de la Llama de la Resurrección, resucitando Su vehículo físico para
que no solo Yo, sino los demás, los discípulos, los temerosos, aquellos que habían huido de
la Cruz rotos en corazón y, más importante, desilusionados en alma y espíritu, pudieran ver de nuevo a su Maestro e Instructor viviendo, respirando, a Quienes ellos amaron y en Quien confiaron.
A medida que la decisión pesaba en la balanza, como el Amado Señor Mahá Chohán,
el Amado Gabriel, el Amado Saint Germain y Yo misma, y el Amado Juan, particularmente, esperábamos por esa escogencia del libre albedrío, todos llamamos con todos los poderes de Nuestros seres esa afirmación de Jesús en el Jardín de Getsemaní cuando dijo: “¡Hágase Tu voluntad!” que sería afirmada de nuevo a través de la escogencia de Su libre albedrío y El, atrayendo esa Llama de la Resurrección a través de Su propio Cuerpo, pudo romper los lazos de la tan-llamada muerte y pararse como un testigo del Poder de la Resurrección ante todo quien le miraba.
Como les he dicho antes, fui una de los primeros a Quien El vino después de Su
Resurrección, y las lágrimas rodaron hacia abajo por Mi cara cuando ví que El había
aceptado el Regalo de la Llama de la Resurrección y resucitado ese vehículo físico en el cual estaban aún las marcas de los estigmas en Sus manos, benditos pies y costado para que El pudiera, en un cuerpo similar al conocido por los discípulos y Sus seguidores, ser un testigo viviente de la Victoria sobre la tan-llamada muerte.

Luego vino Mi escogencia cuando Me dijo: “Tu, también, Amada Madre, puedes tomar
el Sendero de la Ascensión cuando, después de unos pocos días aquí sobre la Tierra, acepte
Mi Ascensión en la Colina de Betania.” Dije: “No, permaneceré tanto tiempo como se Me
requiera para servir aquí!” Yo misma, usé la Llama de la Resurrección y todos los Regalos y Poder de Gabriel y Esperanza durante ese período (50 años) mientras la Dispensación
Cristiana estuvo siendo establecida.
Fui un Testigo de una Forma Resucitada – una Forma de la cual había huido la vida
aparentemente – que fue reanimada y rehabitada por la misma conciencia que la había
dejado el Viernes Santo; Una Forma que caminó hacia la presencia de los discípulos y
seguidores y que les dió la prueba de Su Resurrección; una Forma, amados, que subió la
Colina de Betania con la Luz brillando a través de ese vehículo magnificente hasta que fue
transmutado enteramente en Luz; y El se convirtió, y aún permanece, como la Presencia
Ascendida viviente y respirante de Jesús Cristo para servir a toda vida que esté en aflicción.
USTEDES NO HAN VENIDO A LA TIERRA MERAMENTE A CUMPLIR UN PERÍODO
KÁRMICO. USTEDES QUIENES SON LOS PASTORES DE LA RAZA HAN VENIDO A LA TIERRA A REDIMIR, RESTAURAR, RESUCITAR, Y A RESUCITARLA A ELLA Y TRAER A LA TIERRA DE NUEVO LA PUREZA Y PERFECCIÓN PRÍSTINA QUE ELLA CONOCIÓ.

Amada Madre María

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