Bajo la dirección-Divina, la Fuerza de Vida es atraída por aquellos de
Nosotros Quienes servimos dentro del Templo Cósmico de la Naturaleza, y allí grandes Rayos Pulsantes de Energía Inteligente son preparados para ser liberados a medida que el planeta entra al Ciclo de la Primavera. Es una Ceremonia muy gloriosa cuando los Grandes Devas del Aire, la Tierra, el Fuego y el Agua se reunen,
y los Rayos Cósmicos para otra época de Primavera son anclados dentro de Sus
cuerpos y Ellos comienzan la gran liberación rítmica, a través de Sus cuerpos, de
la Llama de la Resurrección. La música más hermosa acompaña a este ritual, y las
Esferas Internas están activas con el Canto de la Resurrección y Esperanza.
Fue por esta razón que el Amado Jesús escogió la época de la Primavera para
cumplir la manifestación final de Su Maestría, para que Él pudiera tomar ventaja
del flujo natural de la Llama de la Resurrección.
Yo Mismo fuí privilegiado de pararme con Él desde el momento en que Él
alentó Su último aliento sobre la Colina del Gólgota y recibí ese aliento dentro de
Mi propio cuerpo para preservarlo para Él, hasta que escogiera llamarlo de vuelta
y reestablecer el ritmo a través de Su vestidura física. Aunque Yo sostuve el aliento
de Su Vida dentro de Mi Mismo, la invocación real de ese aliento TUVO QUE VENIR
A TRAVÉS DEL ESFUERZO CONSCIENTE DE SU PROPIA CORRIENTE DE VIDA, y si Él no hubiera sido capaz de magnetizar ese aliento, a pesar de que Yo Me parara a Su
lado, no hubiera podido dárselo. Sin embargo, en el momento designado, Su Gran
Alma Purificada estuvo capacitada para tomar posesión de ese cuerpo – y de respirar.
En ese momento, Me paré cerca a Su lado, y desde Mis propios labios le devolví
el mismo aliento que Él había exhalado sobre la Cruz y de nuevo el ritmo de la
vida animó Su recipiente, y la Llama de la Resurrección concentrada pronto lo elevó
a la acción vibratoria de Su Cuerpo Crístico y fácilmente irrumpió desde la tumba
– la Victoria y Ejemplo de Vida Eterna para toda la humanidad que escoja aceptar
Su Victoria; y si no la aceptan, nunca podrán esperar compartir su Logro Victorioso.
EL MAHA CHOHAN